Desde que el futuro se volvió online y estamos permanentemente conectados a internet, los riesgos de sufrir un ataque con virus se han multiplicado exponencialmente. Y más cuando en esos ordenadores en los que trabajamos, o pasamos largos ratos de ocio, almacenamos información importante de nuestras vidas. Así que es esencial tomar unas medidas de seguridad mínimas, como haríamos con cualquier otro bien preciado que tengamos en el mundo físico.