Los dispositivos conectados en el hogar no dejan de multiplicarse. Antes se podía tener un ordenador portátil, tal vez dos. Ahora tenemos varios móviles, tablets, relojes, televisores, altavoces inteligentes y todo tipo de electrodomésticos y gadgets. Todos ellos viviendo de la conexión que ofrece nuestro router, que en ocasiones no puede con todo.