En cuanto a cantidad y variedad de escritorios para Linux, tenemos dónde elegir. Mucho, de hecho, y cada vez aparecen más opciones, como Cutefish o el Deepin (DDE) que ya lleva más tiempo entre nosotros y tiene contentos a algunos usuarios. Pero gran parte de la cuota se la quedan los escritorios clásicos o los que usan por defecto las distribuciones más populares. El más usado es GNOME, pero de cerca le sigue un KDE que hace tiempo que no es el desastre que nos espantaba en el pasado.