Si tu contraseña es «123456» o «pass», el tiempo necesario para calcularla y dar con ella durante un ‘ataque de fuerza bruta’ es tan pequeño que se puede definir como instantáneo. Por el contrario, contando a modo de contraseña con una cadena de texto como ‘¡3lP4ter_Br4un!’, podríamos obligar al sistema del atacante a calcular alternativas durante 2.000 millones de años.