Desde que ChatGPT aterrizó a las masas, la conversación en torno a las inteligencias artificiales quizás se ha llevado con demasiada grandilocuencia. Si bien es cierto que existen herramientas con el potencial de cambiar la forma en la que trabajamos y que están basadas en complejos modelos de lenguaje, aún queda bastante margen de mejora para que este tipo de herramientas lleguen al nivel que muchos desean.