Hoy no podríamos imaginar nuestro día a día sin Internet. Entramos en él varias veces al día (y de la noche), desde nuestro móvil, ordenador u otros dispositivos. Es posible que lo necesitemos para realizar nuestro trabajo o bien para informarnos, aprender o como forma de ocio. Desafortunadamente, el mundo digital también conlleva sus propios riesgos.