Benditos emuladores. Gracias a ellos podemos disfrutar de una forma sencilla y asequible una cantidad ingente de software que está disponible para equipos antiguos a los que no siempre es fácil acceder. Aunque en el mercado de segunda mano podemos hacernos con un Spectrum de Sinclair, una Mega Drive de SEGA o un Amiga 500 de Commodore con relativa facilidad, entre otras máquinas clásicas que siguen teniendo mucho que ofrecer, no todos los fans de la informática clásica tienen acceso a ellas.