Hace unos meses nos hacíamos eco de un caso bastante siniestro: un padre con el que intentaron llevar a cabo el ‘timo del hijo’ y él, con la mosca detrás de la oreja, preguntó a su supuesta hija por el domicilio de ésta… y le dio la respuesta correcta. Eso le terminó convenciendo para caer en el engaño.