Los habitantes de Aberhosan, un pequeño pueblo galés de 400 habitantes, estaban hartos de ver cómo a las 7 de la mañana, todos los días, sus conexiones a internet se caían o se degradaban a límites insostenibles.
Los habitantes de Aberhosan, un pequeño pueblo galés de 400 habitantes, estaban hartos de ver cómo a las 7 de la mañana, todos los días, sus conexiones a internet se caían o se degradaban a límites insostenibles.