El fallo es muy gordo. Tanto, que puede afectar a la mayoría de redes WiFi del mundo. El investigador belga Mathy Banhoef ha descubierto una grave vulnerabilidad en la seguridad de las redes WiFi utilizadas en la mayoría de routers del mundo. El fallo se ha localizado en el protoloco WPA2 y se ha logrado acceder a través de una técnica bautizada como KRACK -acrónimo de Key Reinstallation AttaCK-.