Cuando contratamos una conexión a Internet, podemos elegir entre distintos rangos de velocidad: fibra de 300 Mbps, 600 Mbps o 1 Gbps. Cuando tenemos un problema con Internet y llamamos al servicio técnico, lo primero que te piden -además de reiniciar el router- es que hagas un test de velocidad. La velocidad de la red es importante, pero no lo es todo.