Los hijos de Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Microsoft) o Sergey Brin (Google) no han sido niños con barra libre de tecnología en sus casas pese a sus padres y las empresas que dirigen o han dirigido. Lo mismo ocurre con muchos otros hijos o sobrinos de grandes CEOs de empresas tecnológicas que incluso apuestan para la educación por colegios donde la tecnología no tiene cabida ni en su mínima expresión.