Recuerdo la primera vez que introduje en mi PC un sencillo CD-ROM de 700 MB y pude visualizar con mi reproductor de vídeo predeterminado una película completa: ‘The Matrix’. Corría el año 2002. Es curioso, porque en los años transcurridos desde entonces habré leído por lo menos dos o tres veces citar esa misma película como la primera experiencia del usuario con el revolucionario códec DivX.