Durante las últimas vacaciones navideñas, Estados Unidos fue víctima de un caos aéreo que provocó miles de cancelaciones de vuelos. En un primer momento, se culpó únicamente al temporal de nieve que azotó el noreste del país, pero rápidamente quedó claro que había un elemento extra que había contribuido a esta situación: el software obsoleto de una única aerolínea, Southwest, provocó que ésta no pudiera saber dónde estaban sus pilotos y azafatas, lo que generó cancelaciones (en ocasiones innecesarias) en cadena.