Tus e-mails te espían. En serio, no estoy siendo paranoico: la mayoría de los correos que llegan a nuestras bandejas de entrada cada día hacen uso de un sencillo sistema de seguimiento que permite saber cuáles de ellos abrimos y cuáles no. Lo usan, sobre todo, las empresas y departamentos de marketing para analizar el impacto de sus ‘campañas masivas’ y saber qué e-mail se abren y cuáles no.