El fin de ciclo de Windows 7 está cerca de producirse, y con ello multitud de particulares, empresas e incluso hospitales que podrían ponerse en peligro ante futuros ataques.
Si bien un usuario particular lo tiene fácil para actualizarse Windows 10 y seguir contando así con parches de seguridad para tener un entorno más tranquilo a la hora de navegar a Internet, no todas las empresas pueden dar este paso porque dependen de una serie de aplicaciones incompatibles con el nuevo sistema operativo